jueves, 9 de junio de 2011

Ernesto Castillo Salaverry (1957-1978)




Ernesto Castillo Salaverry
(1957-1978), nacido en Managua, murió combatiendo muy joven contra la Guardia Nacional en las calles de León, y en 1981 se publicó su Antología póstuma. Su poesía es como un diario de combate, tejido por el amor y la nostalgia.

1
Llegué a pensar
Que mis poemas
Eran hechos
Por los atardeceres lluviosos,
Por los paseos
En las calles solitarias,
Por las noches inmensas.

Hasta habría pensado
Publicarlos;
Pero me he dado cuenta
Que todo lo que escribo
Es porque aún
Te sigo queriendo,
Más que ayer,
Menos que mañana.


2
Dicen
Que soy contradictorio,
Mis poemas no reflejan
Mi personalidad.
Soy extrovertido
Alegre, feliz,
Nunca demuestro
La más mínima tristeza.

Creen conocerme
Y en realidad
Conocen a otra persona,
Pues yo soy
Mis poemas,
Aquél que habla
A la noche, lágrimas
Y otras angustias;
Yo soy lo que escribo;
Y lo que ustedes ven
No es más que
Una máscara.


3
Te subes a tu carro
Último modelo
Con tocacintas, aire acondicionado
Y todas las extras posibles;
Llevas en la bolsa
Suficiente marihuana
Para pasar la noche en la onda.
Pasas recogiendo a la
Chavala (no te acuerdas del nombre),
Que sabe a lo que va,
Y juntos enfilan su camino
Hacia la fiesta
Que estará repleta de muchachos como vos,
De carros último modelo,
De muchachas sin nombre,
Que saben a lo que van.
Se repiten los saludos y
Abrazos llenos de insinuaciones
Que hacen reír tu ignorancia;
Lentamente te sumerges en
El remolino de cuerpos
Que se engañan en el baile.
Más tarde las parejas buscan el encuentro
A oscuras,
En sus carros último modelo
O en moteles caros,
Con música ambiental
Y servicio de restaurante, por supuesto.
Luego de vaciar tu apetito sexual
Dejas a tu amiga en
Su casa, donde estará sola
Entre su familia burguesa
Que aplaude el que salga con
Un “muchacho de sociedad”.
Llegas a tu casa
Te bajas del carro,
Lo revisas por si ha quedado algo olvidado,
Entras a tu cuarto
Y apagas la luz.
Pero el sueño no llega
Y te pones a pensar
En la jornada que
Acabas de dejar atrás
Y te recreas en el placer
De rescatar los actos de esa noche;
Más, algo te falta,
No te sientes completo,
Todo te parece vacío,
Carente de significado,
Y se asoman a tu mente caras hambrientas,
Barrios miserables
Torturas y brutalidades,
Y te das cuenta que
Has participado esta noche
En la opresión de tu pueblo,
Has engrosado las filas
De los verdugos;
Y crees que es tarde
Para rectificar
Y te duermes con
La conciencia alborotada,
Pero resignado a saber
Que el próximo viernes
Irás a la fiesta
En tu otro carro último modelo,
Con otra muchacha de la que
No sabes el nombre.


4
Pero este poema llegará a ti
Y sabrás que te sigo queriendo
Y nadie podrá adorarte después
De mi muerte como yo lo hice,
Pues tengo en mi tumba
Tus besos más cálidos,
Tus caricias más íntimas,
Tus palabras de amor
Que sólo a mí diste,
Tus miradas tristes
Que aun me acompañan.
Yo sólo espero el momento.
Te veré
De pies ante mi tumba,
Con los ojos tristes.
Te veré leyendo mis versos
A través de tus lágrimas,
Y sabrás que tu olvido
Es peor que la muerte;
Y este poema te hará
Recordarme y saldré de la
Muerte para unirme contigo
En tus sueños.
Despertarás con lágrimas
En tus ojos y mi
Nombre en tus labios.
Presiento mi muerte…


5
Me sorprendí
Llorando
Así,
De pronto,
Sin ningún motivo
(¿O es que necesito
Motivo?)


6
¿Por qué debo esperar
Las palabras
Si tus silencios
Son poemas?


7
Una sonrisa estúpida
Premió mis poemas,
Una sonrisa estúpida
Te alejó de mí.


8
No es que se haya
Roto nuestra comunicación,
Sino que las palabras
No me sirven,
Siempre quedo insatisfecho
De mis líneas.
Es por eso
Que he ido acumulando
Tus cartas,
Guardando letras detrás
De mis dedos,
Reservando mis respuestas
Para volcarlas sobre tu cuerpo
El día que pueda alcanzarte.


9
Tú me obligas
a escribir estos versos
Que no tienen razón,
Porque a mí no me sirven;
Preferiría no escribirlos
Y decírtelos al oído.


10
Algo horrible
está pasándome
como si tú
hubieras muerto,
como si nunca
te hubiera conocido,
como si de pronto
todos lo que quiere
y todos los que me quieren
Hubiera muerto.
Quisiera tenerte
Y no soltarte nunca,
Vivir contigo,
Ser tu sombra,
Ser tu sexo.


11
Sólo tú sabrás que pude
Ver el camión que venía frente a mí,
Sólo tú sabrás que no fue jugando
Con la pistola que se me disparó.

Sabrás que la gente se equivoca
Al llorarme pensando en mis 18 años,
Sufriendo al pensar en un muchacho
Alegre, que tenía todo, menos a ti.

Tal vez alguien piense en ti,
Pero nunca ligarán tu nombre
Al accidente que hará
Que te olvide para siempre.
Desearás retrocer en el tiempo
Y entregarte a mí las noches
Que te negabas a mi amor.
Por lo que me diste y por
Lo que me negaste,
Te quiero, y ese
Será mi último pensamiento.

2 comentarios:

Zeidy dijo...

Que lastima que murió esta muy buena su poesía te sumergis facilmente en ella

gatoraro dijo...

Sinceramente pienso que la poesia nos convierte en otras personas, a veces no somos lo que reflejamos y viceversa, no reflejamos lo que somos y nos escondemos en personajes como hacen muchas veces los superheroes para esconder lo que llevamos dentro que es lo que en mayor porcentaje somos... Boris velasquez gatoraro@gmail.com